Descripción
La col lombarda es muy semejante al repollo, pero menos cerrado y de un color que tira a morado, magenta o púrpura. Tiene un sabor ligeramente dulce y se conoce tambien con nombres como: lombarda, col lombarda, repollo morado, col roja o col morada.
Por su contenido en vitaminas y minerales, durante la Alta Edad Media fue considerada como el médico de los pobres, incluso usándola como cataplasma para conseguir efectos curativos.
La lombarda es uno de los alimentos que menos calorías aporta a nuestro organismo debido al bajo contenido en hidratos de carbono y un 91% de agua.
No posee colesterol, y tan solo 0,18 gramos de lípidos y 1,50 gramos de proteína por cada 100 gramos de parte comestible.
Es rica en fibra (celulosa) y destaca por su contenido en vitamina C y beta-carotenos, además aporta vitaminas del complejo B, vitamina E y K.
Entre los minerales, contiene selenio, potasio, fósforo y magnesio entre otros.
Desde hace más de dos siglos es uno de los platos típicos de la Navidad madrileña, conociéndose en el argot castizo como «el pavo de la huerta».
Aunque lo más frecuente es tomar la col lombarda cocinada, también puede consumirse cruda en ensaladas, acompañando a lechuga, tomate, zanahoria, cebollas, espárragos, atún en aceite, frutos secos y yogur.
En la cocina se suelen emplear a menudo cocidas con patatas (plato típico navideño en Madrid). Según la costumbre en la cena de Nochebuena se hace lombarda a la madrileña, para ello se cocina con cebolla, aceite, manzana reineta, tocino entrevenado, azúcar, sal y pimienta.
Las variedades redondas y más coloreadas se suelen emplear en la elaboración de encurtidos.
Podemos encontrar la col lombarda en los mercados durante los meses de invierno. Se comercializa en fresco, aunque también puede formar parte de encurtidos y alimentos de 4º gama, combinada con otras verduras u hortalizas
Para saber si está fresca es necesario que presente una textura que permanezca firme al tacto y que las hojas exteriores sean brillantes, así como presentar un aspecto fresco y carente de defectos.
Los ejemplares de mayor calidad son los más duros, crujientes, compactos y pesados en relación a su tamaño y con su coloración violácea característica.
La col lombarda puede conservarse unas 2 ó 3 semanas ya que se trata de una de las verduras que mejor soportan el paso del tiempo. Es aconsejable meterlas en una bolsa perforada y dentro del refrigerador, en el cajón de las verduras. Para una mejor conservación, es aconsejable no lavarlas hasta que se vayan a consumir.