Descripción
Según la variedad, pueden ser de forman redonda o alargada, con un peso de unos 70 gramos aunque hay ejemplares que pueden llegar a pesar hasta 1 kilo o más.
La piel puede ser de color, negra, morada, roja, blanca o roja y blanca, mientras que su carne es siempre blanca.
El sabor del rábano es ligeramente picante.
Según la forma y color, los rábanos se pueden clasificar en tres variedades:
- Rábano chino, japonés o daikon: procede de Japón y se caracteriza por tener forma cilíndrica y alargada. Es de color blanco y sabor suave.
- Rábano negro o de invierno: de forma cilíndrica y redondeada, la piel es de color negro y muy difícil de digerir, mientras que su carne es blanca y más digestiva.
- Rabanitos: puede presentar forma esférica, ovalada o cilíndrica. Su piel es de color rojo, rosado, morado o blanco, y su carne siempre es blanca.
Según la época de cultivo se pueden clasificar en:
- Rábanos de primavera: son esféricos y no suele ser muy grande.
- Rábanos de verano: son alargados y de mayor tamaño que los de primavera. Los rábanos de primavera y verano se consumen crudos.
- Rábanos de otoño: de mayor tamaño que los anteriores y suelen cocerse antes de su consumo.
El rábano tiene un agradable sabor con un ligero toque picante. Si se pela, su sabor será algo más suave, de esta forma, se elimina el aceite esencial, al que debe su sabor.
Los rábanos pequeños y alargados, de color rojo y blanco son los más suaves. Los rábanos de primavera y los de verano se consumen casi siempre crudos, en ensaladas, mientras que los de otoño acostumbran a cocerse.
En general se consume crudo en ensaladas o acompañado de salsas, como aperitivo, aderezado con aceite, sal y pimienta; también rehogado o como ingrediente para elaborar salsas de sabor intenso como acompañamiento de carnes; con salsa de yogur en ensalada de patata, etc.
Al comprarlos, es aconsejable seleccionar los rábanos de tamaño mediano, carnosos, firmes, de color rojo vivo y de piel suave, entera y sin fisuras. Si conservan las hojas, éstas han de tener un color intenso que garantice su frescura.
Eliminando las partes verdes permitirá que se conserven sus cualidades durante el mayor tiempo posible. A la hora de conservarlos, se recomienda hacerlo en el frigorífico, dentro de una bolsa de plástico perforada. Se aconseja no lavarlos hasta el momento de su consumo.
